"Los nuevos tiempos, como cuales fuertes brisas marinas inyectan en las fragancias que respiramos, el aroma del deseo por construir un mundo con mejor calidad de vida material y emocional, sueño al cual justamente los corazones libres de odio dedican horas y días de infatigable labor, pese a ello, los nubarrones que inundan los campos de la convivencia, están latentemente amenazados de ser inundados por una lluvia lastimosa de intolerancia, caja de Pandora destructiva, que ahoga las almas en llanto y desesperación, es la falta de respeto por las realidades disímiles, la causa primigenia de conductas salvajes y destructivas, del prójimo, del amigo, del vecino. Siento que la intolerancia se ha ganado un espacio, y es parte de nuestra mesa cuando cenamos, de nuestra familia cuando hablamos, quedando la valía por la integridad y respecto del otro, relegada a segundo plano cuando afloran las odiosas discriminaciones y los fatales prejuicios, todas ellas bayonetas de lo impío, que laceran las carnes de una sociedad que sufre y ha sufrido los duros rigores de intolerancia de nuestra historia reciente, donde muchos sufrieron las torturas crueles y muertes sin sentido, por parte de algunos que “pontificaron la ideología del odio con fusil en mano” amedrentando a todo un pueblo, sumiéndolo en una pesadilla gris, de la cual muchos sobrevivientes aun no despiertan. Es ese el temor que hoy debe imperiosamente 
estremecer la conciencia y movilizar la pasión, para que nunca mas los calabozos devoren la vida de un pueblo y la sangre de los mártires nunca mas sea derramada anónimamente en las fosas comunes, lejanas y tristes.
estremecer la conciencia y movilizar la pasión, para que nunca mas los calabozos devoren la vida de un pueblo y la sangre de los mártires nunca mas sea derramada anónimamente en las fosas comunes, lejanas y tristes. Es la intolerancia hacia lo diverso y distinto, la cicuta que lentamente bebemos, lo que nos enferma imperceptiblemente, y descuidadamente bebemos una y otra vez, en este vaso contaminado que nos conduce a la espiral agreste de la descalificación violenta. Somos y debemos ser responsables por mejorar nuestro espíritu y mirar con franca confianza el futuro, secar los ojos, y caminar mirando el mundo que construiremos, pero sin los rencores del pasado, sin las ambigüedades y penumbras morales, que como sombras persiguen la identidad de nuestro pueblo, tengamos la suficiente osadía de aceptar la diferencia en el adversario, y construir en conjunto una visión plural de la realidad, y no visiones unilaterales, mesiánicas y/o teosocráticas, que contaminan el aire con su locura ideológica, con su exclusivismo clasista, xenófobo o tecnológico.
El verdadero liderazgo, no esta en los autodenominados iluminados, gurus del egoísmo mezquino, que predican sobre la tolerancia diversidad y secretamente promueven cacerías de opositores intelectuales, esto es lo que enferma el alma de un pueblo, esto es lo que daña los proyectos de un mañana,… la intolerancia a lo diverso, abismo infernal que separa la reunificación de un pueblo, intolerancia hacia lo diverso, espada inmunda que atraviesa el corazón del inocente, intolerancia hacia lo diverso, ideología del poderoso, que como daga sagrada empuña contra todos sus adversarios. Sembremos los campos con otras semillas que no sean el odio y la descalificación, pues sus frutos son dictaduras implacables que atentan contra todo, sembremos esperanza con tolerancia hacia mi diferencia, hacia tu diferencia."
.Discurso de termino de trimestre a beneficarios de Ley Valech.
